Los jardines de plantas acuáticas son toda una especialidad. En condiciones ideales, estos jardines requieren de poco mantenimiento.
Para eso se introducen las especies vegetales, ya sean flotantes (Lemna spp, Eichhornia crassipes) o como en este caso, ancladas en el fondo (género Nymphaea). Como los mosquitos y otros insectos dejan sus huevecillos en el agua, es necesario introducir peces que se alimentan de sus larvas acuáticas, estos pueden ser pececillos dorados (Carassius auratus (Linnaeus,1758)), cíclidos (Neolamprologus leleupi (Poll, 1956)) y charales (Chirostoma spp), este último endémico de los lagos de México.
En lugares de clima cálido, esta combinación permite que las nayades de libélulas y caballitos del diablo (Odonatos) crezcan sin dificultad. Las nayades no son consumidas por los peces, ya que ellas mismas son carnívoras y pueden incluso alimentarse de pequeños peces. Esto es muy recomendable ya que estos insectos devoran ávidamente pulgones, moscas, polillas y otras plagas agrícolas.
Un tercer elemento que es importante introducir en estos estanques son los caracoles acuáticos, como el caracol manzana (Pomacea diffusa) o el Physela acuta, que es más pequeño, rústico y prolífico, ya que estos forrajean en las paredes y ornamentos del fondo, evitando que se cubran de una bio-película de algas verdes.
Si se quiere además introducir tortugas, hay que seleccionar muy bien los tipos de peces y caracoles, porque las tortugas son muy voraces. Las más utilizadas son de la especie Trachemys scripta elegans, conocidas como tortugas japonesas y son originarias de Florida y el noreste de México. En Europa muchos países han prohibido su introducción como mascotas porque han invadido ecosistemas sensibles, tras ser liberadas por aficionados.
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