No, porque contamina!!!
Autor: Miguel Ángel Orduña Bustamante
¿Los plásticos contaminan?
Cualquier material, por peligroso que sea, no es un contaminante por sí mismo. Un material se convierte en un contaminante cuando se libera en un lugar inapropiado en mayor cantidad que el umbral de daño para ese sitio en particular (ecosistema o no).
Los plásticos son uno de los materiales que más beneficio han generado en la calidad de vida de las personas. Estructuras más ligeras y a la vez robustas que utilizamos cotidianamente, desde las carcasas de nuestros teléfonos celulares, computadoras y tablets, hasta partes estructurales de vehículos automotrices, navales y aeroespaciales. Los aislantes de cables y las fibras ópticas por donde transita la energía y la información que estás leyendo ahora, están fabricados con materiales plásticos. Trata de imaginar tu vida sin materiales plásticos y tendrás que verte dentro de una caverna sin más que cerámica y una tenue llama obtenida de leña vegetal como fuente de calor para calefacción y cocción de los alimentos. La satanización de estos materiales se sustenta en las grandes islas de basura en los océanos, alimentadas por unos 300 millones de toneladas de basura a la deriva que alcanza los mares cada año. También en las dramáticas imágenes de animales acuáticos asfixiados por algún tipo de forma elaborada a base de plásticos con fines comerciales. Por supuesto que estas situaciones no se deben a propiedades inherentes al material. Los océanos también son receptores de ingentes cantidades de otros materiales particulados orgánicos e inorgánicos; también son receptores de millones de toneladas de contaminantes disueltos. En todos los casos hablamos de materiales que nunca debieron alcanzar ese destino, materiales que deben eliminarse antes de que una corriente de agua o viento los deposite en estos cuerpos de agua. En todos los casos estamos hablando de materiales que, por el mal manejo de sus residuos, han encontrado su camino hacia el mar pero no han alcanzado su destino final. Las imágenes de plásticos particulados acumulados en las playas de destinos tan lejanos como Hawai o la Antártida, son tan sólo, como se dice coloquialmente, la punta del Iceberg. Cantidades decenas de veces mayores de materiales plásticos se han acumulado ya en el fondo de los océanos, del mismo modo en que 300+ millones de años atrás los restos de organismos vegetales alcanzaron ese mismo destino y después se transformaron en petróleo y carbón.
Los rellenos sanitarios del mundo ocasionan pérdida de valor comercial de las propiedades a su alrededor, generan exposición a fauna nociva, olores ofensivos y condiciones insalubres a quienes ahí laboran sin la capacitación y equipo de protección apropiados, así como a los vecinos de la zona; pero irremediablemente liberan 70 millones de toneladas de metano -un gas con 28 veces el potencial de efecto invernadero del dióxido de carbono- a la atmósfera cada año. Por si esto fuera poco, los rellenos sanitarios mal manejados, liberan basura al ritmo de 300 millones de toneladas anuales que alcanzan los océanos del mundo.
En la actualidad existen varias tecnologías para destruir esos plásticos y aprovechar tanto su contenido energético como los materiales que los componen. Una de ellas, en fase experimental, consiste en transformarlos a metano, monóxido de carbono e hidrógeno por el proceso de pirolisis (gas de pirolisis) y después, por un proceso electroquímico mediante membranas cerámicas protónicas a alta presión, generar hidrógeno para su ulterior uso como fuente de energía en celdas electroquímicas para mover vehículos pesados en modalidades naval, automotriz o aeroespacial (SiNC, 2022). Otra tecnología en una fase de desarrollo más avanzada es la de despolimerización catalítica, un proceso que obtiene combustibles líquidos y lubricantes a partir de los plásticos de desecho (Calderón, 2016). La degradación por pirolisis es un proceso industrial bastante desarrollado en todo el mundo, es un proceso térmico que genera aceites lubricantes, combustibles líquidos y gas de pirolisis como productos. Estos procesos consumen energía que se genera dentro del mismo proceso y sus productos son combustibles con alto contenido energético que se puede utilizar comercialmente o para mover la flota de vehículos recolectores de desechos sólidos urbanos. Aunque no son procesos con cero emisiones netas de carbono a la atmósfera y los combustibles que producen tampoco cumplen con este criterio, el daño que genera la disposición final de los residuos sólidos urbanos simplemente por el volumen que ocupan durante un tiempo indeterminado, pero peor aún, el daño que causa su mal manejo ocasionando su dispersión por cuerpos de agua del mundo entero y la liberación de gas metano a la atmósfera, justifican sobradamente su aplicación.
La penetración y manipulación que ejercen los mensajes de organizaciones “ambientalistas” en contra de los plásticos y en contra de la pirolisis es tan apabullante, que tan solo mencionar la pirolisis como una posible solución para el buen manejo de los residuos plásticos, genera una respuesta en automático: Pirolisis no, porque contamina!!!
Bibliografía
Calderón Sáenz, Felipe. 2016. La producción de combustibles vehiculares a partir de plásticos de desecho. Dirección web:
http://www.drcalderonlabs.com/Procesos/Pirolisis/Proceso%20de%20Pirolisis.pdf
SiNC. 2022. Membranas cerámicas protónicas para producir hidrógeno de forma industrial. Sitio web:
No hay comentarios:
Publicar un comentario