viernes, 2 de septiembre de 2016

Los OGM y las variedades tradicionales son verderos amigos!!

Todos los agrónomos sabemos que la conservación de genotipos autóctonos de maíz (de cualquier especie de importancia agrícola) es de gran importancia para los programas de mejoramiento genético.

También sabemos que los institutos de investigación, Universidades y empresas especializadas en mejoramineto genético del maíz, guardan colecciones muy completas de estos materiales. Su cuidado requiere grandes conocimientos fitotécnicos pero también implica detalladísimos planes logísticos y análisis genéticos (PCR, hibridación de ADN entre otros).


Sabemos además, que estas colecciones se guardan con copias en varios países del mundo. Esto garantiza la integridad de estas colecciones. Y si alguna colecta resultara con alguna mezcla genética, se tiene el material para su sustitución.

El aislamiento genético se logra con técnicas de campo, como el aislamiento físico (distancia), temporal (fecha de siembra) y fisiológico (incompatibilidad génico-citoplásmica y otros mecanismos naturales).

Desde luego todos los agrónomos sabemos que toda esta compleja maquinaria require de personal altamente capacitado, instalaciones de tipo investigación científica de vanguardia, software y equipo de cómputo up to date (bio-informática, logística, manejo altamente detallado de inventarios, etiquetado, entre otras).

Por todo lo anterior se pueden obtener las siguientes conclusiones:

1. Los organismos genéticamente modificados (OGM) nunca van a contaminar las colecciones de maíces autóctonos o lineas avanzadas para la obtención de nuevas variedades (estos materiales son patentados por las empresas obtentoras).

2. Los productores no tienen la responsabilidad de conservar estos materiales genéticos. Y por supuesto, no están obligados a contratar al personal altamente capacitado y adquirir los equipos y software necesarios para este trabajo. Que no es su trabajo.

3. Las comunidades rurales nunca van a perder sus tradiciones en torno al cultivo del maíz como consecuencia de la infiltración genética. Este es un proceso que ha existido siempre y los agricultores tradicionales la han utilizado para seleccionar las características favorables (domesticación). Este proceso no va a cesar y por supuesto, la infiltración genética es el motor de este proceso de mejoramiento por selección.

Empresas que se dedican al mejoramiento genético de especies, en el caso de vegetales con Monsanto o Pioneer como ejemplos, guardan invaluables colecciones de variedades modificadas genéticamente para su uso en investigación científica. Algunos grupos de comportamiento vandálico claman por destruir este tipo de bancos de datos biológicos atribuyéndose la autoridad de administrar los pecados "ambientales".

Estamos ante el mito de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, en Egipto, o ante el mito de Heróstrato al prender fuego al templo de Artemisa en Efeso (21 de julio de 356 AC), con el objetivo de que su nombre fuera recordado en su posteridad. Fernando Pessoa dedica todo su libro a teorizar sobre el deseo de inmortalidad que llevó a Heróstrato a cometer semejante vandalismo.

Los modernos Heróstratos no deciden sus acciones, sino que actúan en grupo y son atrapados por mensajes persuasivos. Además solicitan el apoyo popular de manera pasiva, mediante campañas en los medios de comunicación cooperantes o bien, de manera activa mediante plebiscitos, consultas públicas y otras modalidades puestas de moda por los políticos más carismáticos pero al mismo tiempo, más impulsivos y manipulados que nos podemos imaginar.

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